Los inventos de Nikola Tesla sentaron las bases de la corriente alterna, el sistema polifásico de distribución eléctrica y el motor de corriente alterna.
Este inventor, ingeniero y físico croata fue uno de los más importantes de la historia.
Sin duda alguna, Tesla tuvo ideas fantásticas. Hasta la actualidad 309 patentes le pertenecen. Del total 112 fueron originadas en Estados Unidos y el resto son llamadas “analógicas” en el resto del mundo.
Fue el 16 de mayo de 1888 cuando Tesla publicó un artículo científico en el que detalló el funcionamiento del que sería su mayor éxito como inventor: el motor de inducción.
El principal funcionamiento de este gran invento es generar movimiento en el motor mediante campos magnéticos rotantes, producidos por una corriente alterna polifásica.
Basándose en este invento, el sueco Ernst Danielson creó en 1902 el motor sincrónico. Sustituyó el material del inducido, que no era magnético, por un imán permanente o electroimán.
En el siglo XIX las predicciones de Tesla generaron un gran revuelo. Se trataba de “guerras disputadas a distancia utilizando máquinas controladas remotamente, y donde la cantidad de hombres no sería tan importante como el avance tecnológico”.
Estas declaraciones llevaron a que este inventor ganara fama de “loco” y por ende sus descubrimientos fueron subestimados en muchas oportunidades por la comunidad científica.
No obstante, gracias a las numerosas patentes que consiguió a lo largo de su vida, Tesla logró mantenerse a flote.
Incluso encontró tiempo libre para dedicarse a sus proyectos personales, siendo uno de sus sueños el lograr transferir energía inalámbricamente.
Si quieres que te ayudemos con alguno de tus inventos o proyectos escríbenos:
Nikola Tesla nació en la actual Croacia en 1856, curiosamente durante una tormenta eléctrica.
Estudió en la Universidad de Graz en Austria, y después se trasladó a Estados Unidos, donde comenzó a trabajar bajo las órdenes de Thomas Edison como ingeniero eléctrico.
En 1886 fundó su propia compañía, Tesla Electric Light & Manufacturing, pero fue expulsado de ella por los inversionistas.
Un año más tarde, en 1887, construyó el primer motor de inducción alimentado con corriente alterna y después empezó a trabajar con Westinghouse.
Tesla también investigó lo que después se conoció como rayos X, usando su propio tubo de vacío.
En ese entonces se percató del daño que causaban cuando no se les manejaba con cuidado.
Una de sus propuestas más famosas fue la de crear un “sistema mundial de transmisión de energía eléctrica sin cables” basado en la conductividad de la Tierra.
También observó señales que creyó provenían de Venus y Marte, por lo que muchos lo consideran el precursor de la radioastronomía.
En 1900 tuvo que vender su laboratorio para pagar deudas, y la última etapa de su vida la pasó en una intensa disputa con Guillermo Marconi por la patente de la radio.
Falleció en la pobreza en un cuarto de hotel a la edad de 86 años.
Dos meses antes de la invención del motor de inducción, el italiano Galileo Ferraris había presentado su propio motor de inducción, llegando de manera independiente a la misma tecnología innovadora.
Mientras que el magnate George Westinghouse, que estaba desarrollando la aplicación comercial de la corriente alterna, se interesó por ambos diseños.
Finalmente decidió que la patente de Tesla tenía más oportunidades de éxito.
En ese entonces, Westinghouse escogió el motor de inducción de Tesla para competir con General Electrics y Thomas Edison en la llamada Guerra de las corrientes.
Las incesantes disputas de Tesla con Thomas Edison forzaron su abandono de la compañía y su asociación con George Westinghouse.
Por su parte, Westinghouse compró las patentes de su motor y de un transformador que facilitaba la distribución de este tipo de corriente hacia los usuarios finales.
Ambos ganaron la batalla de la distribución de la energía, pues el transporte de corriente alterna es más barato y sencillo que el de continua.
En 1893 su sistema fue adoptado por la central hidroeléctrica situada en las cataratas del Niágara.
En 1895 Nikola inventó un sistema para transmitir mensajes de voz sin hilos.
Es por esta razón que es considerado el verdadero inventor de la radio, aunque fue Guillermo Marconi quien presentó la patente en 1904.
Incluso, en 1909 Marconi recibió el Premio Nobel de Física por su contribución a la telegrafía sin hilos.
Ahora bien, Marconi fue quien utilizó el invento de Tesla en 1899 para realizar la primera comunicación sin cables.
En ese momento envió un mensaje entre Inglaterra y Francia, a una distancia de 48 kilómetros.
Un par de años más tarde, en 1901, amplió esa distancia y realizó la primera transmisión que cruzó el océano Atlántico.
No fue hasta el año 1943 cuando la Corte Suprema de Estados Unidos reconoció a Nikola Tesla como el inventor de la radio. Le devolvió la patente en poder de Marconi hasta ese momento.
El Teleautomaton de Tesla se trató de un dispositivo a control remoto, por el cual Tesla tuvo que enfrentarse a una población que lo catalogó como un “embaucador”.
No obstante, este proyecto no ganó el interés de los inversores. Tuvo que repensarlo como un arma para capturar el interés de las fuerzas armadas estadounidenses.
Si bien nunca lo logró, su investigación lo llevó a inventar el primer dispositivo a control remoto en la historia.
Tesla terminó el primer prototipo en noviembre de 1898 y ese mismo año lo mostró al mundo, en la Exposición de Ingeniería Eléctrica que se festejaba en la ciudad de Nueva York.
Como es de esperarse, el dispositivo dejó sorprendidos a la gran mayoría de los presentes. Pasaron varios años hasta que la idea de controlar máquinas sin cables se hiciera popular.
En 1894 Tesla comenzó a investigar lo que denominaba “energía radiante de tipos invisibles», después de haber notado en su laboratorio películas dañadas en experimentos anteriores.
Gracias a esto, Tesla capturó una imagen de rayos X, adelantándose al anuncio de Wilhelm Röntgen sobre el descubrimiento de los rayos X.
Dos años más tarde y después de enterarse del descubrimiento de Röntgen, Tesla experimentó con estos rayos.
Llegaron a realizar varias instalaciones experimentales para producirlos, sosteniendo que sus circuitos “permitían generar rayos Röntgen de mucha mayor potencia que los que se obtienen con los aparatos ordinarios».
La bobina de Tesla fue inventada en 1891. Este sistema utiliza dos bobinas, una primaria y otra secundaria, cada una con su propio condensador.
Las bobinas están conectadas a un espacio de chispa, que es sólo al aire libre donde la chispa puede generar.
El resultado es que la bobina Tesla puede disparar rayos, enviar corrientes eléctricas a través del cuerpo y crear vientos de electrones.
Tesla desarrolló esta innovación porque estaba obsesionado con la alimentación inalámbrica de las ciudades.
Hoy en día, la bobina de Tesla se utiliza principalmente para el entretenimiento y se puede ver en lugares como centros de ciencia y museos, y algunos elementos de ella también se utilizan en las radios.
La importancia de la bobina Tesla proviene del hecho de que ayudó a los ingenieros a entender la naturaleza de la electricidad y cómo utilizarla.
Tesla se interesó en gran medida con la transferencia de energía sin cables y pensó que era posible hacerlo a mayores altitudes.
Luego de instalarse en un laboratorio en Colorado Springs en 1899, el inventor construyó la bobina Tesla más grande y poderosa, llamada el Transmisor de Lupa.
Este transmisor de aumento tenía tres bobinas y un diámetro de 52 pies. Generó millones de voltios de electricidad y disparó rayos de 130 pies de largo – el mayor relámpago hecho por el hombre en ese entonces.
El problema era que la electricidad inalámbrica no se desarrollaría hasta mediados de los años 2000.
Aunque este proyecto específico no tuvo éxito, la visión y el alcance siguen siendo impresionantes.
El Transmisor de Lupa fue el predecesor de la Torre Wardenclyffe de Tesla, que se suponía que proporcionaría electricidad y comunicaciones gratuitas al mundo.
Tesla creía fervorosamente que el poder de la ciencia podía ser aprovechado para prevenir la guerra.
En 1907 la prensa informó sobre otra de las innovaciones militares de Tesla. La telegrafía inalámbrica desencadenaría las detonaciones de altos explosivos en el mar para generar olas de marea tan vastas que harían zozobrar a flotas enemigas enteras.
En ese entonces se informó que el maremoto artificial “haría a las marinas tan inútiles como los barcos de papel que hacen flotar a los bebés en las bañeras”.
Aunque Tesla no descubrió las luces fluorescentes y de neón, sí hizo muchas contribuciones al avance de ambas.
Tesla vio una oportunidad y experimentó con el paso de partículas eléctricas a través de gases, desarrollando cuatro tipos diferentes de iluminación.
Por ejemplo, convirtió la luz negra en luz visible utilizando una sustancia fosforescente. También encontró un uso práctico para tal tecnología cuando creó lámparas y letreros de neón.
En la Exposición Colombina Mundial, también conocida como la Feria Mundial de Chicago de 1893, Tesla tenía letreros de neón que eran diseños únicos y palabras escritas.
En 1898 Tesla anunció que había desarrollado un oscilador que era capaz de sacudir un edificio y todo lo que lo rodeaba.
El dispositivo pesaba alrededor de un kilogramo, y el científico logró ajustar la frecuencia de las vibraciones de tal manera que cada vibración posterior añadía más y más energía a las curvas de onda del edificio.
Con un número adecuado de pequeñas vibraciones, incluso un edificio realmente grande podría romperse en pedazos.
Entendiendo el peligro potencial de su invención, Tesla rompió el dispositivo con un martillo.
En 1919 Tesla habló de su trabajo sobre el desarrollo de un avión supersónico que viajaría ocho millas por encima de la superficie de la Tierra.
Este artefacto revolucionario también generaría velocidades que permitirían a los pasajeros viajar entre la ciudad de Nueva York y Londres en tres horas.
El concepto de Tesla pedía que el avión se alimentara de electricidad transmitida de forma inalámbrica desde las centrales eléctricas en tierra, eliminando la necesidad de que los aviones llevaran combustible.
“El suministro de energía es virtualmente ilimitado, ya que cualquier número de plantas de energía pueden funcionar juntas, suministrando energía a las aeronaves al igual que los trenes que circulan por las vías ahora se suministran con energía eléctrica a través de rieles o cables”, dijo Tesla en un artículo.
Entre otras ideas adelantadas a su época, Tesla hablaba de la energía gratuita.
Al respecto destacaba la importancia de una alimentación balanceada, la robótica, los helicópteros, televisores o teléfonos celulares.
Si eres un apasionado de los inventos y de su contribución a nuestra sociedad, te invitamos a leer también Inventos que cambiaron el mundo y alteraron el curso de la historia.
En 1899, durante sus experimentos en Colorado Springs, Tesla llegó a iluminar de manera inalámbrica unas bombillas situadas unos pocos metros fuera del laboratorio donde había encendido una enorme “bobina de Tesla”.
Sin ninguna duda, creyó haber logrado la resonancia terrestre que buscaba, y que pensaba que funcionaría a cualquier distancia. Aquello le pareció suficiente para probar sus ideas.
Un mes después propuso a J.P. Morgan un plan mucho más ambicioso para ganarle la partida a Marconi.
No solo mandaría mensajes en código Morse a través del Atlántico, sino que también transmitiría energía eléctrica a larga distancia y sin cables.
Para eso necesitaría una torre casi el doble de alta (91 metros) y mucho más dinero.
Morgan rechazó ampliar la inversión y en septiembre de 1901 Tesla tuvo que iniciar las obras de la torre Wardenclyffe manteniéndose fiel al plan original.
El 12 de diciembre Marconi había logrado transmitir la letra “S” en Morse cruzando el océano, desde Inglaterra a Canadá.
En aquella época los inversores prefirieron apostar por el sistema de Marconi, que siendo menos ambicioso había logrado el éxito.
Contrario a lo que muchos harían, Tesla no se rindió. Terminó la Torre de Wardenclyffe en 1902 y allí realizó experimentos hasta 1905.
Lamentablemente no logró poner en marcha su soñada estación de telecomunicaciones, la primera de una gran red mundial.
Ese año expiraron sus patentes de corriente alterna, y con ellas la fuente de financiación que le quedaba.
Tesla realizó una segunda hipoteca de Wardenclyffe, pero aún así tuvo que abandonar el proyecto, que la prensa estaba empezando a calificar de “farsa”.
Tras años de abandono y deterioro, Nikola Tesla perdió la propiedad en 1915 al no poder afrontar las hipotecas.
La torre de Wardenclyffe fue demolida en 1917. El edificio principal acabó siendo una fábrica de material fotográfico, hasta que AGFA la cerró en 1992.
En 2013 culminó con éxito una campaña lanzada por el creador del cómic web The Oatmeal para recomprar la propiedad y construir ahí el Museo de Ciencia Tesla.
1. Nikola Tesla nació durante una tormenta eléctrica, el 9 y 10 de julio de 1856, en una región del imperio húngaro que hoy corresponde a Croacia.
Según los relatos familiares, durante el parto hubo un relámpago. A modo de respuesta, la partera exclamó: “Este niño va a ser un hijo de la oscuridad”, pero la madre atajó diciendo: «No, él será un hijo de la luz”.
2. Tesla tenía memoria fotográfica y podía memorizar libros e imágenes para sus estudios y posteriores invenciones sin necesidad de llevar otro registro.
3. Este excéntrico inventor tenía hábitos de higiene poco habituales y exagerados, los cuales pudieron ser consecuencia de una complicada convalecencia que pasó en su adolescencia debido al cólera, lo cual le hacía sentir pánico por los gérmenes.
4. Acostumbraba usar guantes blancos para cenar todas las noches y se tomaba su tiempo cuando lo fotografiaban para conseguir su mejor pose.
5. Obtuvo la nacionalidad estadounidense en 1981 y sabía hablar ocho idiomas, incluyendo el serbio, inglés, checo, alemán, francés, húngaro, italiano y latín.
En el año 2003 un grupo de ingenieros fundó Tesla Motors, una empresa de automóviles que lleva el nombre del inventor y se dedica a fabricar el primer automóvil totalmente eléctrico.
El empresario e ingeniero Elon Musk contribuyó con más de $30 millones en 2004 y se desempeña como cofundador de la compañía.
En 2008, Tesla presentó su primer automóvil eléctrico. Se trata del Roadster, un vehículo deportivo de alto rendimiento, que ayudó a cambiar la percepción de lo que podrían ser los coches eléctricos.
En 2014, Tesla lanzó el Model S, un modelo de menor precio que en 2017 estableció el récord mundial de Motor Trend.
El vehículo tuvo una aceleración de 0 a 60 millas por hora a 2,28 segundos.
Los diseños de Tesla mostraron un avance gigantesco en cuanto a tecnología automotriz.
En ese sentido, se evidenció que un coche eléctrico podría tener el mismo rendimiento que las marcas de coches deportivos de gasolina.
Desde la confiscación original de Tesla de su proyecto de energía gratuita, la propiedad de Wardenclyffe ha pasado por numerosas manos.
En ese sentido, se han hecho varios intentos para preservarlo. No obstante, en 1967, 1976 y 1994 fracasaron los esfuerzos para que se declarara un lugar histórico nacional.
En 2008 se formó un grupo llamado Tesla Science Center (TSC). Su intención era comprar la propiedad y convertirla en un museo dedicado al trabajo del inventor.
La propiedad de Wardenclyffe salió al mercado en el año 2009 por casi 1.6 millones de dólares. Durante los siguientes años, el TSC trabajó diligentemente para recaudar fondos para su compra.
En 2012 el interés público en el proyecto alcanzó su punto máximo cuando Matthew Inman colaboró en un esfuerzo de recaudación de fondos por Internet.
Finalmente recibió suficientes contribuciones para adquirir el espacio en mayo de 2013.
Según descubrió un equipo de investigadores, tras realizar una serie de experimentos con réplicas del diseño de principios del siglo XX, una válvula inventada por Tesla hace un siglo no solo es más funcional de lo que se creía, sino que también tiene otras aplicaciones potenciales en la actualidad.
Las conclusiones del experimento, publicadas en la revista Nature Communications, sugieren que el dispositivo de Tesla, al que llamó «conducto valvular«, podría aprovechar las vibraciones de los motores y otras máquinas para bombear combustible, refrigerantes, lubricantes y otros gases y líquidos.
La válvula macrofluídica de Tesla es una especie de conducto de forma extraña para fluidos en el que un canal principal está intercalado con una serie de bucles de desviación en forma de lágrima.
Los bucles están orientados de tal manera que los fluidos fluyen fácilmente en una dirección, pero cuando se invierten, el flujo queda casi totalmente bloqueado.
Para entender el funcionamiento de la válvula, los investigadores reprodujeron el diseño de la válvula Tesla. La sometieron a pruebas que medían su resistencia al paso del flujo en las dos direcciones.
En general, descubrieron que el dispositivo responde un poco como un interruptor.
A bajas velocidades de flujo no hay diferencia en la resistencia para los flujos hacia delante y hacia atrás.
A partir de una determinada velocidad de flujo el dispositivo se «enciende» bruscamente y comprueba o resiste significativamente los flujos inversos.
En tanto, la válvula funciona mejor con un flujo que no es constante, sino que viene en pulsos u oscilaciones. Esto podría hacerla ideal para su uso en entornos con muchas vibraciones.
Tesla fue uno de los inventos que cambió el curso de la historia. Sus aportes fueran tales que incluso hasta en la actualidad seguimos hablando de su tecnología, diseños e innovación.
Se trata de uno de los inventores que gracias a sus ideas marcó una huella en la sociedad y en los libros de historia.
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