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¿Para qué sirve un prototipo? Los prototipos, principalmente, ayudan a validar el diseño y a plasmar lo que se había diseñado en papel.
Es necesario partir de la base que los prototipos no son los productos finales. No es necesario realizar un prototipo perfecto, ni estéticamente llamativo. A veces los mejores, son los menos atractivos. Lo importante es que podamos aprender de ellos.
Un prototipo es una simulación del producto final cuyo objetivo principal es probar su funcionalidad y viabilidad.
Además, los prototipos proporcionan una gran cantidad de información sobre la interacción de los usuarios, y son de mucha ayuda a la hora de descubrir mejoras e innovaciones que pueden hacer nuestro proyecto aún mejor.
Gracias a ellos, podemos tocar el producto, ver cómo funciona, saber si son ergonómicos, y descubrir detalles que normalmente en el ordenador o en el papel no podemos experimentar.
A su vez, permite minimizar los riesgos y ahorrar dinero en un futuro, ya que no es lo mismo tener que rehacer un prototipo a tener que realizar otro molde desde cero.
Por lo tanto, es una herramienta crucial para validar la idea antes de meterse de lleno en la fase de fabricación, donde las inversiones son mucho mayores.
Los prototipos permiten realizar cambios y mejoras a la medida de los usuarios.
Es decir, que a medida que se encuentren fallos se deben realizar las modificaciones pertinentes y realizar pruebas nuevamente.
Este proceso se debe repetir hasta verificar que todo funcione correctamente. Los prototipos son de gran ayuda a la hora de realizar pruebas, detectar errores (si es que los hay) y corregirlos.
Pero no solo aporta la posibilidad de corregir errores. También brindan una oportunidad para lanzar una versión beta a una cantidad determinada de usuarios.
Es posible que ellos detecten otros errores que no se habían tenido en cuenta en un principio, por ejemplo errores que no tienen nada que ver con la interactividad pero sí con la experiencia de usuario.
Este paso es crucial ya que enfrentamos la idea a su público objetivo ¿y quién mejor que el buyer persona para sugerir cambios o nuevas funciones?
Además, el prototipo nos ayuda a trabajar de forma más eficiente. Como se llevan a cabo en el proceso de diseño, permiten organizar conceptos e ideas, realizar pruebas e implementar cambios.
Muchos inventores, creativos y emprendedores se preguntan si es realmente necesario tener un prototipo físico para poder patentar el producto o la idea. La respuesta es no.
Sí es cierto, que para para patentar una idea como patente o como modelo de utilidad hay que presentar una memoria descriptiva con unas figuras, pero para hacerlo no se necesita un prototipo.
Pero si ya tienes uno o varios prototipos del producto tienes la ventaja ya que has probado como funciona, lo has perfeccionado y mejorado.
Toda esta información, a la hora de redactarlo viene muy bien. Sin embargo, como a veces la idea es muy compleja de prototipar, no es necesario para esta etapa del proyecto.
También es importante destacar otra motivo para qué sirve un prototipo es aumentar el valor del Registro de Patentes y Marcas.
Cuando tenemos una idea nos basamos en suposiciones, por eso, para que el registro tenga mayor valor es interesante validar esas suposiciones.
Esto se logra gracias a los prototipos funcionales, es decir modelos sencillos que se realizan para comprobar si el mecanismo que pensamos realmente funciona.
Pero existen inventos que son muy complejos, es decir, muy caros de prototipar.
Por eso, si la inversión con la que se cuenta no es elevada lo recomendable es presentar el proyecto sin prototipo a las empresas para así poder escuchar al mercado.
Si la respuesta es positiva y una empresa se interesa por la idea, entonces es momento de realizar un prototipo porque significa que el proyecto está enfocado y que va muy bien encaminado.
Pero si la respuesta es negativa, no hay que desmotivarse. En ese momento, se puede pivotar y modificar el proyecto para adaptarlo a lo que las empresas quieren o necesitan.
Partamos de la base que una patente es un conjunto de derechos concedidos por un estado al inventor o inventores de un producto.
La patente protege al titular del invento para que el nuevo objeto, producto, marca o tecnología no se pueda producir, usar ni distribuir con fines comerciales. Además, tampoco se puede vender sin su consentimiento.
El proceso de patentado de una idea es una etapa muy importante porque permite protegerla de otras empresas o personas.
La patente evita que terceros copien la innovación o producto. Pero lo que pocos saben es que se puede patentar el invento completo o partes de él, así como también se puede patentar solo el nombre.
Patentar y proteger la idea es una fase que se debe realizar cuando desarrollamos un invento. Pero antes, se deben cumplir algunos requisitos para tener bien claro el producto. Para ello, se debe tener un buen diseño industrial, tener un prototipo (siempre que se pueda) y hacer un estudio de mercado.
Una vez logrados los pasos anteriores se puede patentar el invento o idea con total normalidad.
La patente es como el DNI de las personas, es un documento muy importante que hay que tener pero lo realmente importante es la persona en sí. Es decir que, en este caso, lo importante es el contenido del invento.
Por eso, recomendamos realizar el proceso con tranquilidad y no tener prisa en patentar la idea sin antes haber corregido errores, validado suposiciones y definido el producto.
En La Fábrica de Inventos, hemos patentado muchas ideas así como también hemos ayudamos a realizar prototipos muy variados. Entre ellos se encuentra “el vasoplato”, sus inventores pudieron diseñar, prototipar y patentar el producto enfocado a ferias gastronómicas.
Otro de los inventos es “Stop and Safe”. Se trata de un sensor que diferencia carne humana de otros materiales.
Es un sistema de seguridad para maquinaria que minimiza los daños ocasionados en caso de un accidente laboral.
El sistema de “Stop and Safe”, detecta cuando la persona se pone en contacto con la herramienta de forma peligrosa y provoca que de forma instantánea la máquina detenga su funcionamiento.
Además, ayudamos a patentar el “Comprobador de oro gracias al sonido”. Tal como lo indica su nombre, este artefacto ayuda a detectar metales preciosos de copias baratas y falsificaciones. Pero este invento no solo funciona con oro, también se logran excelentes resultados con la plata.
Sin lugar a dudas uno de los inventos más curiosos del que pudimos participar es la escalera retráctil. Es un invento ideal para lugares reducidos o de difícil acceso, ya que en pocos segundos el ambiente se puede ampliar y aumentar el espacio de circulación.
También fabricamos el prototipo de “GT Salvament” un equipo para socorristas que otorga movilidad total. Es un cinturón que permite una mayor libertad de movimiento tanto dentro del agua como fuera.
A su vez en la Fábrica de Inventos desarrollamos el prototipo de un cinturón de seguridad con aviso luminoso, lo que otorga mayor seguridad dentro del vehículo ya que de forma rápida y sencilla podemos descubrir quien tiene puesto el cinturón de seguridad y quién no.
Si hablamos de inventos sencillos, pero muy prácticos no podemos dejar de mencionar el Peine Progresivo para Maquinillas de Cortar el Pelo.
Se trata de un peine de inserción fácil y rápido ideal para peluqueros profesionales o amateurs. Como puedes ver se pueden desarrollar prototipos de cualquier invento.
Además como mencionamos se puede patentar el invento en su totalidad o partes de él. También se puede patentar el nombre o solo su tecnología.
Como vimos anteriormente un prototipo es un modelo de invención con el que una persona puede interactuar. Puede ser software electrónico o hardware físico.
Entonces respondiendo a nuestra pregunta, para qué sirve un proptotipo podemos decir que la construcción de prototipos es un paso muy importante en el proceso de invención. Un prototipo es clave en el proceso porque de no construirse, no se tendrá información de los verdaderos méritos de su invención.
Generalmente se construyen varios prototipos. El prototipo crudo es un modelo que permite tener una idea mucho mayor de la premisa básica de la idea.
Un prototipo funcional permite a los usuarios probar alguna o todas las características del invento.
El prototipo final es un modelo que se ve y que funciona tal como un producto manufacturado.
Para tener un prototipo crudo se debe construir un prototipo básico. Esto sirve para ayudarlo a comprender el motivo de su invención.
Para ello, primero se debe escribir una descripción de lo que hará el invento. Luego se realizará una lista con las características más importantes y un dibujo de cómo se verá.
Finalmente se construye el modelo de la forma que se pueda y al menor costo. No importa el material que se use, se puede construir el primer prototipo con cartón, cinta adhesiva y alambre.
El objetivo de este primer paso es ayudarlo a pensar en profundidad sobre su invento y de cómo funcionará finalmente.
De no ser posible la realización de este proceso, se deberá proceder a dibujar de la manera más exacta posible una imagen detallada del invento.
Además se debe incluir una descripción extensa de la invención, algo así como un manual de instrucciones. Es posible que luego de realizar este camino se piense en varias formas de mejorar y actualizar el invento.
Para hablar del Prototipo de trabajo debemos mencionar que es un prototipo funcional que realmente funciona. Es decir, que un usuario puede tocar sus botones girar sus perillas, hacer presión sobre sus partes, etc. Sin embargo, no necesita funcionar tan bien como el producto final.
Estos prototipos sirven para mejorar aún más el diseño del invento. Incluso se puede utilizar en encuestas para confirmar el mercado.
En la gran mayoría de los casos, para construir un prototipo funcional, se necesita ayuda (económica, física, creativa, entre otras).
Se debe comenzar a pensar en los materiales y tecnologías que se deben implementar para su desarrollo. Pero en esta etapa se pueden sustituir por otros, por ejemplo se puede reemplazar el metal por madera y el vidrio por tela.
El paso siguiente es encontrar a la persona indicada para construir el modelo funcional. Este prototipo necesita, como su nombre lo dice, ser funcional. No importa si es estéticamente bonito o perfecto.
Este paso nos acerca un poco más a la idea final y al producto terminado. Lo importante es aprender en cada paso, corregir errores y modificarlo tantas veces como sea necesario.
Pero además de los prototipos físicos existen los virtuales, es decir, un modelo informático digital 3D de la idea que se puede ver en una pantalla.
Por ejemplo, puedes desarrollar un modelado fotorrealista creando una máscara de calidad fotográfica para su diseño, algo que ayuda a ver cómo quedaría el producto final.
Además puedes centrarte en la creación rápida de prototipos. Si bien, este tipo de tecnologías difiere mucho, todas requieren un archivo CAD 3D para crear una pieza 3D.
Pero además tienes que tener en cuenta que tener una presentación gráfica de la idea es importante para tu proyecto ya que ayuda a presentar el proyecto a una empresa o personas de interés.
Esto resulta de suma importancia cuando no se cuenta con un prototipo. También es una buena idea presentar el invento mediante una infografía 3D, es decir una simulación virtual del invento realizada por ordenador.
Esto permite visualizar el invento, explicar sus partes, mecanismos y características de forma más sencilla. Esta simulación es tridimensional y tiene movimiento, lo que permite apreciar el invento de forma realista.
Una buena manera de evitar problemas en el desarrollo de productos es el prototipado rápido. Mediante este proceso se pueden crear objetos que son similares a otros, lo que permite probarlos antes de lanzarlos sin que supongan un gasto.
Existen diferentes técnicas de prototipado rápido que permiten producir, no solo los primeros prototipos sino también las primeras tiradas del producto.
Uno de sus grandes beneficios es que permite tener el prototipo en un breve espacio de tiempo. Algunos ejemplos de este tipo de prototipado son impresión 3D, Estereolitografía y Luz Selectiva, Sinterización por Láser Selectiva, Deposición de Material Fundido, Polyjet o inyección triple, corte láser y prototipado rápido con CNC.
Existen 4 clases de prototipado rápido, las cuales no son funcionales pero tienen valor puramente estético.
Sirven para ver físicamente cuál va a ser el aspecto final del invento.
Implica que se necesitarán pruebas de usuarios para ver si la usabilidad del producto es buena o no. En este tipo de prototipos se requiere postproducción para proporcionar el aspecto final que se busca.
Se usan exclusivamente para ver los volúmenes y espacios. Sirven para comprobar si un objeto cabe dentro de otro.
Sirve para analizar y ver la ergonomía final del producto. Se puede crear distintos mecanismos y saber si responden a las necesidades en cuanto a encaje con otras piezas o movimientos finales de los mismos. Es decir que se realizan para conocer cómo será su desempeño.
Este tipo de prototipos es el indicado si queremos ver qué funciones tendrá cada pieza. Con este tipo se realizan los test definitivos del invento.
Como veis hay diferentes factores a tener en cuenta cuando pensamos en el desarrollo de un invento y los prototipos son una parte fundamental del proceso.
En resumen, podemos decir que son realmente necesarios porque son una de las maneras más comunes y eficaces de mostrar una idea al mundo. También nos permiten ahorrar dinero en el proceso de fabricación y minimizar los errores o inconvenientes.
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