¿Cómo podemos ayudarte?
Te ayudamos en el desarrollo, patente y comercialización de tus ideas.
Patentar una idea, una marca, un diseño o un producto es la única solución para excluir a terceros del proceso y proteger nuestra invención. Por eso, la patente resulta ser una herramienta indispensable para todo inventor, creativo o emprendedor.
Sin embargo, como hemos visto en otras entradas, de acuerdo con la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) existen varias cuestiones que se deben tener en cuenta antes de patentar una idea. Vamos a realizar un repaso juntos.
Sí, es uno de los principales aspectos a tener en cuenta. Desde la OEPM proponen pensar al respecto y considerar si sería suficiente alguna combinación de otras formas de Derecho de Propiedad Intelectual para proteger la idea de la forma adecuada.
En esta infografía tienes un resumen sobre las 6 formas existentes para patentar tu idea.
Debes tener en cuenta este aspecto ya que se deben incluir las tasas de renovación anual en todos los países en los que tenga protección.
Te recomendamos tener en cuenta el potencial comercial y financiero de tu idea. Si necesitas ayuda al respecto, no dudes en consultarnos ¡Estamos a tu disposición!
Muchos inventores eligen solicitar la patente desde el primer momento, pero otros esperan a que la idea esté lista para lanzarla al mercado.
Esta última opción es la más recomendada ya que, por lo general, otorga más garantías de recuperar la inversión rápidamente. Puedes leer nuestra guía sobre patentes para obtener más información.
Pero también cuenta con un inconveniente, y es que tu idea queda protegida más tarde.
Nuestro consejo es que recurras al asesoramiento de especialistas. De esta manera podrás ahorrar tiempo, esfuerzo y dinero en el proceso. Nuestro equipo de profesionales está listo para ayudarte y despejar todas tus dudas.
Si tu idea se orienta a un mercado muy competitivo, puede ocurrir que los productos se mejoran continuamente. Pero, en otros casos, la patente puede demorar más que el ciclo de vida del producto. Esto es algo que le resta valor al producto final.
A veces es mejor patentar el invento como modelo de utilidad. En este caso el proceso de concesión es mucho más rápido.
Sin embargo, para tomar esta decisión, es necesario realizar un análisis minucioso sobre el producto, el mercado, el ciclo de vida, el proceso de fabricación, entre otros.
Antes de patentar una idea debes pararte y pensar de forma objetiva si la patente resistirá una o varias impugnaciones.
Recuerda que la validez de las reivindicaciones de las patentes es objeto de impugnación de forma frecuente por parte de los competidores.
Antes de patentar una idea debes tener claro de qué se tratan los productos de éxito. Para empezar debemos hablar de los mercados: cubren las necesidades de un segmento de usuarios y cumplen objetivos de negocio.
Es decir, que no solo tienen que satisfacer las necesidades del inventor o desarrollador.
Además, debes tener en cuenta el ciclo de vida de un producto. Es decir, el proceso por el que pasa un producto desde su concepción hasta su salida del mercado.
El principal reto es sacar las ideas del papel y dar el primer paso hacia la acción. Todo producto tiene que salir a la luz en su mejor versión, ya sea un producto de consumo rápido como una bebida o uno más complejo como un software para ordenadores.
Por ello, resulta necesario investigar el mercado y planificar el lanzamiento de acuerdo al contexto. Además, es primordial elaborar una personalidad para el producto o la idea en cuestión.
Para garantizar el éxito del producto es importante preparar un mensaje inicial para transmitir al mercado sobre el producto o la idea en sí.
Además, el equipo comercial debe tener un discurso de ventas preparado para cuando comiencen a llegar las primeras consultas.
También resulta necesario definir quienes serán los compradores, cómo es la personalidad del customer persona y cuáles son sus hábitos de consumo. De esta manera se pueden implementar acciones de marketing efectivas.
Resulta de suma importancia entender las necesidades de los clientes. De esta manera, se podrá ajustar la comunicación y la estrategia de ventas para lograr más conversiones.
Entender el perfil del customer persona resulta esencial y clave en esta etapa del proceso.
El objetivo es entender para quién estamos trabajando realmente. Sin embargo, para que estos perfiles sean relevantes deberán contener algunos datos que hagan “real” a este personaje ficticio. Por ejemplo:
– Puedes incluir una foto o una imagen con la que podamos identificarle. Además podemos elegir un nombre para este customer persona.
– Se deben determinar datos demográficos tales como edad, estudios o situación laboral.
– Indaga sobre sus motivaciones. Debemos reseñar aquellas motivaciones más relevantes. Por ejemplo, piensa en un hombre de 35 años al cual llamaremos “Martín”. Él trabaja algunas horas durante el fin de semana para sentir que realiza un buen trabajo, es decir que su meta es alcanzar la realización profesional.
Martín, además, cuenta con perfiles activos en Twitter y Linkedin, los cuales utiliza para mantener el contacto con colegas de su sector, es decir, que busca la aceptación social. Este tipo de acciones nos muestran los motivos que impulsan sus decisiones.
– Piensa en cuáles son las necesidades y los objetivos de ese cliente objetivo.
Por ejemplo, si nuestra idea consiste en un programa para diseñadores gráficos, debemos entender cuáles son los problemas a los que se enfrenta un diseñador en su día a día.
De esta manera podemos, con nuestro programa, solucionar alguno o todos sus problemas en cuanto a su trabajo diario.
¿Sabías que priorizar es una de las tareas más importantes y complejas a las que nos enfrentamos cuando se trabaja en un producto?
Puede parecer que se trabaja con muchas variables o que los factores afectados son demasiados.
De hecho, una encuesta realizada por “Mind the product” en colaboración con Christian Bonilla, reveló que el 49% de los product managers consultados, calificaron la priorización como su mayor reto.
Debes tener en cuenta que no existe una buena o mala priorización. De igual forma no existe un método infalible para priorizar con acierto.
Sin embargo, sí existe una pregunta detrás de cada proceso que siempre deberás responder: “¿Qué es lo siguiente más importante que tenemos que hacer?”.
Para responder esta pregunta puedes considerar una serie de elementos:
1) ¿Qué impacto tiene en los usuarios la funcionalidad o idea que quieres realizar?
2) ¿Qué costo tiene en el equipo el producto desarrollar esta funcionalidad?
3) ¿Por qué ahora?
En este punto resulta clave hablar del prototipo, la fabricación y el patentado de la idea.
Como vimos en otras entradas el prototipo es clave y extremadamente útil. Gracias a él podemos descubrir cómo es nuestra idea en realidad. Pasamos del papel a un prototipo físico con el que podemos interactuar.
Además, gracias al prototipo podemos determinar cuáles son los cambios que se le realizarán al producto final.
De hecho este paso es esencial porque nos permite ahorrar tiempo y dinero. Piensa que no es lo mismo realizar un nuevo prototipo que realizar nuevamente una tirada de 100 o más ejemplares de nuestra idea.
Además con el prototipo podemos ajustar cuestiones fundamentales para su fabricación. Se pueden determinar los materiales, la cantidad de piezas, el funcionamiento, las texturas, etcétera.
Una vez definidas todas estas cuestiones debemos pasar a la ejecución, lo que se traduce en el patentado de la idea. Recuerda que existen varias maneras de patentar una idea.
Si quieres conocer más al respecto, te recomendamos que pinches aquí.
Ya tenemos el producto listo y preparado para que vea la luz. Pero antes debemos definir cómo vamos a valorar su rendimiento.
Además en esa etapa debemos definir un plan de comunicación para el momento del lanzamiento. De esta forma nos aseguraremos que la información llegue de forma adecuada a los usuarios.
Por último, pero no menos importante, debemos valorar los siguientes pasos de nuestro producto. De esta manera podremos analizar su evolución y definir los pasos a seguir.
Para obtener buenos resultados es esencial crear la visión del producto. De esta manera contamos, de forma resumida, la historia del producto. Además, podemos hablar sobre el impacto que tendrá en el mundo.
Básicamente la visión del producto actúa como una especie de brújula que marca siempre el norte y el camino. La visión del producto tiene un pequeño, pero importante truco por detrás: debe contarse en pocas palabras. Con una o dos frases es suficiente.
Sí, parece una tarea difícil y compleja. Pero en realidad se trata de volver a las raíces de la idea, de pensar en el propósito del invento y de volcar en palabras esos sentimientos.
Hablemos sobre los elementos de la visión de producto:
– Usuario objetivo: debemos preguntarnos a qué tipo de usuario estamos ayudando con nuestro producto. Para definir el usuario debemos tener en cuenta su comportamiento, sus datos demográficos, sus hábitos, etcétera. Ten en cuenta que dos personas completamente diferentes y con perfiles totalmente diferentes puedes buscar el mismo modelo de móvil en internet.
– Necesidades del usuario objetivo: definirlas resulta crucial y crítico para nuestra estrategia futura. Se trata de los pilares, de los cimientos de nuestro emprendimiento. Te recomendamos que te tomes el tiempo de pensarlos de manera objetiva y precisa.
– ¿Qué hace único a nuestro producto o servicio para alcanzar esos objetivos? Vivimos inmersos en un mercado hipercompetitivo. Justamente por ello resulta clave determinar cuál es el valor agregado de nuestro invento.
El mejor consejo que podemos darte desde La Fábrica de Inventos es que trabajes para lanzar el producto adecuado, para el mercado o empresa adecuado y en el momento adecuado.
– ¿Qué queremos decir con el producto adecuado para el mercado? Nos referimos a un producto que cubra las necesidades de su segmento de usuarios. Es importante descubrir cuáles son los problemas y necesidades que no están siendo cubiertas por otros productos ya existentes.
– El producto adecuado para la empresa: debe estar alineado con los objetivos de negocio. Por ejemplo si nuestra empresa está en fase de crecimiento, pero todos los esfuerzos están centrados en mejorar la experiencia de los usuarios más activos de nuestra plataforma, estamos olvidando esos objetivos estratégicos.
– ¿Cómo saber cuál es el momento adecuado? Es aquel que se sincroniza y comunica con el equipo de desarrollo para que el tiempo desde la identificación de una necesidad, hasta que el producto se lanza al mercado sea el mínimo posible.
Además de estos tres aspectos claves también debemos tener en cuenta el embudo de conversión. En su pirámide se encuentra la recomendación, en el medio la fidelización y en la cima la adopción.
Piensa que primero el usuario conoce tu empresa o producto. Esto puede suceder de muchas maneras: desde una búsqueda en Google, un mensaje en redes sociales o incluso tras la recomendación de un amigo.
Luego despertamos su interés. Esto ocurre cuando interactúa con nuestro producto de forma activa. En síntesis el usuario quiere conocer más acerca del producto o servicio que le llamó la atención.
Al conocer las características, funciones o el precio del producto, se establece el deseo de compra. Finalmente se materializa la adquisición del producto.
Si durante la fase de adopción la experiencia cubre sus necesidades y expectativas, se aumenta la posibilidad de que se produzcan sucesivas compras.
La fidelización marca la percepción del usuario de que el producto cubre sus necesidades, por lo que no es necesario cambiar a un competidor.
Cuando la experiencia es satisfactoria, en ocasiones, lleva a la recomendación del producto a su círculo de relaciones.
Como podrás observar para patentar una idea no solo debemos tener en cuenta el producto en sí. También debemos considerar factores externos como los hábitos de los consumidores, la economía, el contexto social e incluso, a veces, el contexto político.
Patentar una idea es un proceso que lleva tiempo. Por ello es esencial actuar a conciencia y evaluar todos los factores que podrían determinar el éxito o el fracaso de la idea.
Recuerda que podemos ayudarte a hacer realidad tus ideas. Tú puedes ocuparte de pulir el invento mientras nosotros nos encargamos de buscar inversores, patentar la idea e incluso activar el proceso de comercialización.
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Estaremos encantados de comentarte acerca de nuestros servicios, nuestras propuestas y nuestras ideas para que tu proyecto se convierta en un éxito rotundo.
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