En la mayoría de los casos, se suelen realizar Modelos de Utilidad, ya que la mayoría de las veces implican una mejora de algo existente. Además, los gobiernos fomentan los Modelos de Utilidad debido a que las Patentes, al ser tan disruptivas y generar una solución, también generan un problema. Por ejemplo, si se crea un plástico nuevo que es orgánico y ecológico, aunque sea una gran solución, también se requerirá implementar nuevos contenedores en todas las ciudades y promover una mayor concienciación sobre cómo desechar ese nuevo material para no dañar otros plásticos.
Por lo tanto, en muchas ocasiones, un Modelo de Utilidad o una mejora de algo existente resulta más favorable tanto desde el punto de vista económico como para la sociedad. Sin embargo, la elección entre una Patente y un Modelo de utilidad depende de las características inherentes al invento en cuestión. Cabe mencionar que, por ejemplo, los Métodos de producción y elaboración de alimentos no pueden registrarse como Modelos de Utilidad, sino que se trataría de Patentes. La decisión no está en nuestras manos, sino que se basa en la novedad Inventiva del Invento y en lo que deseamos patentar, pudiendo ser una alternativa u otra.