El Diseño Conceptual y el Diseño Industrial son las dos principales etapas del Diseño de un Producto.
Muchas veces estas dos etapas se confunden, así que vamos a ver su diferencia.
Cuando se piensa en desarrollar un producto una vez encontrada la necesidad se empieza con un diseño conceptual del producto.
En los diseños conceptuales se sientan las bases de cómo va a ser el producto, esta es la parte más creativa del desarrollo.
Generalmente en esta fase se trabaja teniendo siempre muy en cuenta que especificaciones tenemos que cumplir. Es decir, que requisitos nos han dado para el producto.
Es la parte más creativa porque un problema se puede resolver de muchas maneras y aquí, es donde la mente creativa piensa en distintas soluciones, y se plantean múltiples propuestas.
En esta fase de Diseño Conceptual se pueden definir cosas como materiales, el concepto de los mecanismos que lo hacen funcionar, cómo lo va a utilizar el usuario.
Incluso se puede enfocar el marketing del producto, como va a ser su posterior fabricación, cuál va a ser la logística,…
Los diseños conceptuales son la base para el posterior desarrollo del producto. Por eso no hay que tomarse esta etapa a la ligera, hay que dedicarla tiempo y trabajo.
En está etapa se suele trabajar realizando multitud de bocetos a mano alzada.
Tambien suele ser muy interesante en la fase de Diseño Conceptual realizar prototipos.
la Idea es hacer prototipos sencillos, que no requieran una gran inversión pero que nos permitan validar diferente hipótesis.
¿Funcionará este mecanismo, el tamaño es el adecuado,…?
Es decir, es cuestión de hacer muchas pruebas para que cuando pasemos a la fase de Diseño Industrial tengamos la mayoría de dudas resueltas.
La etapa de Diseño Industrial es el siguiente paso al Diseño Conceptual.
En esta etapa se concreta todo lo que se ha pensado y decidido en la etapa anterior, se dan medidas, se hacen cálculos, se crean maquetas, se definen elementos comerciales, etc.
No siempre lo que se ha pensado en el Diseño Conceptual se desarrolla exactamente, ya que muchas veces las medidas o proporciones no se tienen en cuenta.
Por eso, en el Diseño Industrial no se deja de ser creativo ya que existen multitud de detalles que hay que definir, y a veces salen cosas muy distintas a lo que se planteó en la fase anterior.
Un Diseño Industrial es necesario para las siguientes etapas, para hacer prototipos, y búsquedas de fabricantes, ya que estos necesitan medidas y formas concretas y no orientativas.
Para registrar una patente no es necesario un diseño industrial, pero cómo el producto evoluciona desde el concepto hasta que por fin se puede materializar es posible que se proteja algo que finalmente no es lo que se vende, teniendo que volver a patentar el producto.
Si quieres saber como patentar tu idea puedes leer esta entrada donde te explicamos las 6 formas de hacerlo.
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